Firmantes de paz en La Guajira se capacitan en energía solar gracias a proyecto de transición energética justa

La Guajira se consolida como un territorio clave para la construcción de paz y el desarrollo sostenible en Colombia. Más de 30 firmantes del Acuerdo de Paz, pertenecientes al antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (AETCR) de Pondores, se están formando en temas de energía limpia como parte de un proyecto que combina reconciliación, tecnología y sostenibilidad.

La Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), en alianza con el Ministerio de Minas y Energía, la Universidad de La Guajira, el SENA regional Guajira, Gecelca, la Universidad Tecnológica de Pereira y la organización POLEN Transiciones Justas, viene liderando desde hace tres meses el Diplomado en Transición Energética Justa para la Paz.

Este proceso de formación está directamente conectado con el proyecto Ciudadela de Paz Bertulfo Álvarez, en el que participarán 200 familias firmantes de paz. Esta ciudadela será alimentada energéticamente por una granja solar de 1 megavatio (MW) con almacenamiento de 6,2 megavatios-hora (MWh), implementada bajo un modelo de microgrid.

La comunidad energética, llamada Paz Sol del Perijá, se levanta como un ejemplo de cómo la energía renovable puede contribuir a la reincorporación social y económica de excombatientes, y al mismo tiempo responder a los retos de la transición energética en el país.

El proyecto, que cuenta con financiación del Gobierno de Corea, hace parte de la Alianza Público Popular para la Comunidad Energética de Paz Sol del Perijá, integrada por Coompazcol, Minenergía, UPME y Gecelca.

Durante una jornada técnica realizada a finales de junio, el director (e) de la UPME, Manuel Peña Suárez, destacó el impacto transformador del diplomado:

“Tuvimos la oportunidad de explicarles a los firmantes asistentes cómo se crea el modelo de comunidades energéticas, cómo lograr un modelo de energía sostenible en el tiempo y cómo el Estado acompaña el proceso de instalación y mantenimiento de los paneles solares. Esta formación busca que la comunidad pueda gestionar su infraestructura energética de manera autónoma y sostenible”.

Para los participantes, esta capacitación representa mucho más que una nueva habilidad técnica. Según Margarita Vázquez Vargas, firmante de paz y estudiante del diplomado, este proyecto abre una nueva etapa de desarrollo:

“Tenemos que apropiarnos de este conocimiento, pensar en la comunidad energética como una empresa que puede generar empleos. Aprender sobre energía también nos compromete a cuidarla y usarla correctamente para el beneficio colectivo”.

El diplomado no solo se enfoca en aspectos técnicos, sino que también fortalece capacidades en administración, operación y mantenimiento del sistema energético, de modo que la comunidad pueda tomar decisiones informadas sobre el uso y sostenibilidad de su propia fuente de energía.

Este proceso educativo y comunitario representa un hito dentro de los compromisos del Estado con la implementación del Acuerdo de Paz y con la lucha contra la pobreza energética en territorios históricamente excluidos.

Además, marca un precedente de cómo los firmantes de paz pueden convertirse en actores clave de la transformación energética, al tiempo que se fortalecen sus capacidades productivas y organizativas.

Desde la UPME, el mensaje es claro: la energía no es solo un recurso, sino una herramienta de reconciliación. La Ciudadela de Paz Bertulfo Álvarez y su comunidad energética Paz Sol del Perijá podrían convertirse en un modelo nacional de cómo la tecnología y la voluntad colectiva pueden abrir nuevos caminos de vida digna, paz territorial y desarrollo justo.

Este esfuerzo conjunto reafirma que la transición energética justa también es una transición hacia la equidad, la inclusión y la esperanza.

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