Después de dos días de diálogo, el municipio de Chinácota, en Norte de Santander, logró un acuerdo sin precedentes con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para delimitar el complejo de páramos Santurbán-Berlín. Este avance, enmarcado en el cumplimiento de la sentencia T-361 de 2017 de la Corte Constitucional, marca un hito en la defensa del ecosistema sin vulnerar los derechos de las comunidades rurales.
Chinácota se convierte así en el quinto municipio del departamento que supera con éxito esta fase participativa, que prioriza el ordenamiento ambiental con enfoque territorial. Durante la jornada, autoridades ambientales, líderes sociales y representantes de veredas aledañas debatieron y lograron consensos en torno a seis temas clave relacionados con el uso del suelo, el acceso al agua, la actividad económica y la conservación.
Uno de los resultados más significativos fue el compromiso conjunto de proteger las fuentes hídricas, especialmente la quebrada Iscalá, vital para el abastecimiento de agua de las comunidades locales. “Estos dos días de concertación fueron muy importantes. Pudimos aprobar un amplio aspecto de la delimitación del páramo. Es importante el cuidado de nuestras fuentes hídricas, por ejemplo, para nuestro municipio y las veredas aledañas la quebrada Iscalá", expresó David Toloza, líder comunitario.
La participación activa de los habitantes fue fundamental para lograr acuerdos basados en el conocimiento local y el respeto por la vida campesina. Jairton Habit Diez Díaz, asesor de la ministra de Ambiente Lena Estrada, y encargado de liderar los procesos de delimitación de páramos, celebró el resultado: “Fue muy positivo, mostrando cómo el Ministerio de Ambiente puede impactar positivamente los territorios. Se trata de un ejemplo de diálogo efectivo con las comunidades”.
Uno de los temas que más preocupaba a los pobladores —el futuro de sus predios dentro del área protegida— fue aclarado durante la concertación. Las autoridades garantizaron que no habrá expropiaciones ni afectaciones patrimoniales para quienes tienen tierras dentro del perímetro definido, lo que dio tranquilidad a decenas de familias campesinas.
En total, se delimitaron 133,09 hectáreas en la zona rural de Chinácota como parte del páramo Santurbán-Berlín, una de las fuentes hídricas más importantes del nororiente colombiano. Esta área contribuye al abastecimiento de agua para ciudades como Bucaramanga y Cúcuta, así como para numerosos acueductos veredales.
Angie Urbina, otra de las lideresas participantes, destacó el valor del ejercicio pedagógico y participativo: “Conocimos la reglamentación sobre los páramos y los beneficios que estas leyes traen no solo para nosotros, sino para toda la sociedad que depende de estos ecosistemas, incluso en las grandes ciudades".
El Ministerio de Ambiente anunció que este avance no será aislado. Se abrirán nuevas mesas de trabajo en otros municipios que hacen parte del complejo Santurbán-Berlín, con el fin de replicar el modelo de concertación logrado en Chinácota. Además, reafirmó su compromiso con un ordenamiento territorial centrado en el agua, la conservación ambiental y el bienestar de las comunidades locales.
Este paso consolida la viabilidad de la delimitación participativa como una herramienta útil para resolver tensiones históricas entre conservación y desarrollo rural. Chinácota, con este logro, se posiciona como un ejemplo regional de cómo proteger el páramo sin desplazar a quienes lo habitan.
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