El Congreso de la República recibió un nuevo proyecto de ley que busca saldar una deuda histórica con las comunidades afrocolombianas, raizales y palenqueras: el Estatuto Especial para Docentes Etnoeducadores. Esta iniciativa, impulsada por el Ministerio de Educación y líderes del Pacto Histórico, propone dignificar la labor de los etnoeducadores en Colombia con un enfoque diferencial, profesionalización y garantías laborales justas.
Fue radicado ante el Congreso de la República un proyecto de ley que busca crear el Estatuto Especial de Etnoeducadores en Colombia, una propuesta largamente esperada por comunidades afrocolombianas, raizales y palenqueras que han exigido durante años el reconocimiento oficial de su labor pedagógica, sus saberes ancestrales y su aporte a la educación multicultural del país.
El ministro de Educación, Daniel Rojas, lideró la presentación oficial del proyecto, acompañado de la representante Dorina Hernández, defensora de la etnoeducación y lideresa palenquera, y del presidente de la Comisión Sexta de la Cámara, Hernando González.
Reconocimiento a una deuda histórica
El proyecto de ley busca establecer un marco legal que reconozca el papel de los etnoeducadores en el sistema educativo nacional, reivindicando su derecho a enseñar desde sus territorios y culturas. Se trata de una hoja de ruta que dignifica la labor docente en contextos étnicos, incorporando el enfoque diferencial en la formación, profesionalización y condiciones laborales de los maestros.
Durante el acto de radicación, representantes de comunidades afrocolombianas, raizales y palenqueras destacaron que este paso legislativo responde a una necesidad histórica: el Estado colombiano aún no había formalizado un estatuto específico para estos educadores, que enseñan en contextos donde la tradición oral, los idiomas propios y la cosmovisión ancestral son fundamentales.
Formación con enfoque propio y mejores condiciones laborales
Entre los puntos clave del proyecto se encuentra la creación de rutas de formación profesional con pertinencia étnica, garantizando que los etnoeducadores puedan acceder a estudios superiores sin perder el vínculo con su territorio y su cultura.
Asimismo, se propone revisar el sistema de ingreso, permanencia y ascenso de estos docentes, para asegurar que sus saberes propios sean valorados dentro del escalafón nacional. Esto incluye la creación de instrumentos pedagógicos propios, la adaptación curricular y el fortalecimiento institucional de los centros educativos en comunidades étnicas.
Además, el proyecto contempla medidas concretas para garantizar condiciones laborales dignas y equitativas, incluyendo estabilidad laboral, remuneración adecuada y acceso a procesos de evaluación pertinentes y culturalmente sensibles.
Una apuesta por una educación plural e inclusiva
Más allá de sus implicaciones laborales, este proyecto representa una apuesta política por una educación más inclusiva, plural y justa, en la que todas las formas de conocimiento sean reconocidas por igual. En palabras de Dorina Hernández, “el estatuto especial es un acto de justicia con nuestros pueblos. Educar desde lo nuestro es resistir, es sanar, es construir futuro”.
El Estatuto no solo beneficiará a los docentes afrodescendientes, sino que impactará directamente a miles de niños, niñas y jóvenes que podrán recibir una educación que valore su identidad, sus raíces y su territorio.
Siguientes pasos legislativos
El proyecto pasará ahora a su primer debate en la Comisión Sexta de la Cámara, donde se espera cuente con el respaldo mayoritario de los partidos, dada su importancia social, cultural y educativa. Además, se han anunciado audiencias públicas y encuentros regionales para recoger las voces de las comunidades y garantizar que el Estatuto responda a sus realidades.
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